Tempranillo
Blanco
Una mutación natural
nacida en Rioja Oriental
En 1989 un viticultor de Murillo de Río Leza llamado Jesús Galilea descubrió un pulgar blanco en una vieja cepa de Tempranillo Tinto. Podó el racimo mutante y ése fue el desencadenante del nacimiento de una variedad riojana cien por cien que en 2008 se incorporó al catálogo de castas de la DOCa Rioja.
La variedad
La variedad Tempranillo Blanco tiene como origen una mutación natural detectada en un viñedo de Murillo de Rio Leza (DOCa Rioja / Rioja Oriental), a finales de los años ochenta. A partir de las yemas del sarmiento mutante se derivó una variedad que permite la elaboración de vinos blancos con gran potencial enológico y que en la actualidad se ha extendido ya a una superficie cercana a las 800 hectáreas en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja. Un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) identificó la causa de esta mutación y se encuentra en reorganizaciones complejas del genoma de la planta que siguen patrones propios de un proceso de cromotripsis. Este fenómeno implica la fragmentación masiva de algunos de los cromosomas que forman parte del genoma del organismo. En el Tempranillo blanco esta remodelación provocó la pérdida de información genética que incluye genes necesarios para que el hollejo de la uva acumule los pigmentos antociánicos responsables de su color. El estudio del ICVV puso de manifiesto que la cromotripsis puede ocurrir de forma natural durante el crecimiento de las plantas, especialmente en especies leñosas que, como en el caso de la vid, pueden multiplicarse vegetativamente durante siglos.
Desde su autorización en 2008, el Tempranillo Blanco se ha posicionado como la segunda variedad blanca de la DOC Rioja en lo que se refiere a superficie de cultivo, lo que da muestra de la aceptación que ha tenido la variedad entre viticultores y bodegas de Rioja. Como variedad derivada de Tempranillo, comparte con él muchas características morfológicas y de desarrollo, de respuesta a plagas y enfermedades, de comportamiento fenológico y de adaptación a las condiciones de cultivo de la DOC Rioja lo que facilita el conocimiento de su cultivo en condiciones similares a las habituales para Tempranillo.
El origen curioso
Como recoge la revista Enólogos, esta mutación natural de una cepa de Tempranillo Tinto, debida a diversos factores medioambientales, fue localizada por Jesús Galilea en un viñedo viejo de su propiedad sito en Murillo de Río Leza (La Rioja); según refleja en un estudio el C.I.D.A. (Centro de Investigación y Desarrollo Agrario). En dicha planta, todos los pulgares presentaban sarmientos con uva tinta, excepto uno que produjo racimos con bayas blancas.
En febrero de 1989, gracias al conocimiento vitícola de Galilea, que podó el racimo «mutante» con cuidado para salvaguardar el pulgar del que nacieron dos yemas; se comenzó a trabajar con el fortuito material en el Servicio Riojano de Investigación y Desarrollo. Esta madera se plantó con pie franco en la finca Valdegón situada en Agoncillo y, posteriormente, se injertó en taller. Así, a continuación se pudieron plantar diez cepas que pasarían a formar parte del catálogo ampelográfico de variedades y portainjertos que dispone el C.I.D.A.
Cuatro años más tarde, tras verificar la estabilidad de caracteres de la joven vinífera, es decir, que la mutación no se había revertido; la cepa se fue multiplicando hasta llegar a las cien plantas para el estudio de su comportamiento vitícola y de sus aptitudes comerciales. Con el nuevo siglo, el único clon de Tempranillo Blanco -no existe heterogeneidad intravarietal como sucede con su hermana tinta-, había seguido creciendo. Así, entre los años 2000 y 2001, el C.I.D.A. realizó una plantación de una hectárea en la finca particular de La Grajera, establecida en Logroño. Nacía legalmente la Tempranillo Blanco, ya que los responsables del proyecto habían desgranado hasta 104 caracteres del Código de Caracteres Descriptivos de las Variedades y Especies de Vitis impuesto por la O.I.V.